Historias de Mujeres de Cultura Dominicana - Parte 1
- Autor: X.S.A.
- 25 jul 2016
- 2 Min. de lectura
Soy Victoria, intentaré explicar con mis palabras lo que viví con Carlos , a partir de ahora “JL”, que es como cariñosamente le llamo y como le tengo en el teléfono, en el chat, en el email y en todas las redes sociales en las que estamos como amigos.
Cuando nos conocimos fue como un flechazo, un flechazo muy especial; ¿Por qué?, pues, yo estaba en un salón donde había mucha gente y él entró acompañado de Emmanuel, que le guiaba hacía la oficina del jefe; yo estaba sentada en una mesa, pero, fue un segundo en el que levanté la mirada y le vi cruzar la sala como no queriendo ser visto, rápido y haciendo lo posible por pasar desapercibido entre tanta gente, pero, ese instante, ese segundo, cambió mi vida, mi forma de ver y sentir las cosas, en ese segundo la habitación quedó vacía, solo le vi a él.
No sabía quién era, ni a que venía o porqué estaba allí, pero, ya sería cuestión de investigar a la persona que le acompañó. Y sin esperar mucho tiempo; tan pronto como vi salir a Emmanuel, me acerqué para preguntarle

Dijo Emmanuel sin mucho interés. Me aleje de Emmanuel dándole a entender que no era importante para mí más allá de la curiosidad. Ya lleva “JL” dos meses en la empresa y no hemos hablado más que los saludos de cortesía habituales cuando pasa por nuestro edificio a revisar algo; según pasan los días más me interesa ese hombre. Quisiera saber que le interesa para tener algo que hablar con él, pero, es tan hermético que me cuesta mucho y no es muy hablador, aunque siempre cortés y correcto en el trato. La empresa celebra un mercadillo solidario el domingo y soy la encargada de la caja, o sea todo el mundo vendrá y pasaran por mi mesa, sería genial que viniera “JL” para ver si consigo hablar con él.
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